Comienza en Madrid la feria Internacional del Libro, LIBER (Ifema, 27 al 29 de septiembre). A diferencia de las ferias del libro que se celebran en los meses de abril y mayo por toda España, Liber está orientada a los profesionales de la edición y no a los lectores. Porque sí, amiguitos, el libro es un negocio además de un objeto que sirve para sujetar mesas y torturar estudiantes. Por ello, las ferias son un buen momento para quejarse y abrirse a potenciales clientes.
Titulaba ayer el periódico El País:
EL LIBRO LUCHA POR LA CONQUISTA DE SU FUTURO.
Y en la página siguiente se nos decía:
LOS GRANDES PROBLEMAS DE LOS PEQUEÑOS LIBREROS. CADA AÑO CIERRAN 90 LIBRERÍAS
Parece que nos gusta comprar libros cada vez más en grandes centros comerciales e hipermercados y menos en las librerías tradicionales. ¿Por qué será? Se admiten hipótesis. Yo creo que la conjunción de la charcutería y la droguería – plátanos y Mistol – en el ambiente de consumo masivo rompe las barreras que tradicionalmente nos separan del libro. Vamos, que entre la lechuga y el yogurt el libro asusta un poquito menos, es como uno más de casa y hasta se le admiten faltas de ortografía.
Pero veamos – leamos - algunos datos sacados del artículo antes citado:
“Por lo que se refiere a España, los números son los siguientes: un negocio de 2.933 millones de euros, un volumen de 69.600 títulos editados y 321, 4 millones
de ejemplares producidos en 2005. Es, así, el quinto país en el ranking de
países productores de libros, y en términos de comercio exterior -las ventas en
el último año fueron de 452,8 millones de euros- es la cuarta potencia mundial
por volumen de exportación. Visto desde el otro lado de la barrera, en términos
de lectores, el estudio de hábitos de lectura y compra de libros promovido por
la Federación de Gremios de Editores señala en su segundo trimestre de 2006 que
el porcentaje que se considera lector alcanzó el 55,4%".
No está mal. Podemos orientar a los estudiantes hacia el mundo editorial como posible salida profesional . Pero el negocio no debe estar en la librería porque los libreros se quejan: “Si el negocio fuera más rentable – dice un librero –abrirían tanta librerías como bares de copas, una para cada tipo de lector. Pero en los cubatas el beneficio es del 80% (el 30% en los libros).”
EL LIBRO LUCHA POR LA CONQUISTA DE SU FUTURO.
Y en la página siguiente se nos decía:
LOS GRANDES PROBLEMAS DE LOS PEQUEÑOS LIBREROS. CADA AÑO CIERRAN 90 LIBRERÍAS
Parece que nos gusta comprar libros cada vez más en grandes centros comerciales e hipermercados y menos en las librerías tradicionales. ¿Por qué será? Se admiten hipótesis. Yo creo que la conjunción de la charcutería y la droguería – plátanos y Mistol – en el ambiente de consumo masivo rompe las barreras que tradicionalmente nos separan del libro. Vamos, que entre la lechuga y el yogurt el libro asusta un poquito menos, es como uno más de casa y hasta se le admiten faltas de ortografía.
Pero veamos – leamos - algunos datos sacados del artículo antes citado:
“Por lo que se refiere a España, los números son los siguientes: un negocio de 2.933 millones de euros, un volumen de 69.600 títulos editados y 321, 4 millones
de ejemplares producidos en 2005. Es, así, el quinto país en el ranking de
países productores de libros, y en términos de comercio exterior -las ventas en
el último año fueron de 452,8 millones de euros- es la cuarta potencia mundial
por volumen de exportación. Visto desde el otro lado de la barrera, en términos
de lectores, el estudio de hábitos de lectura y compra de libros promovido por
la Federación de Gremios de Editores señala en su segundo trimestre de 2006 que
el porcentaje que se considera lector alcanzó el 55,4%".
No está mal. Podemos orientar a los estudiantes hacia el mundo editorial como posible salida profesional . Pero el negocio no debe estar en la librería porque los libreros se quejan: “Si el negocio fuera más rentable – dice un librero –abrirían tanta librerías como bares de copas, una para cada tipo de lector. Pero en los cubatas el beneficio es del 80% (el 30% en los libros).”
También son ganas de pasarse:¡libros a precio de cubata!¿Una incitación al alcoholismo?.
En fin.
En fin.
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